Altun

El Altun, un término que simplemente significa «oro» en turco, es una importante moneda de oro otomana que se introdujo bajo el reinado del sultán Mehmed II, también conocido como Mehmed el Conquistador. Tras la conquista de Constantinopla en 1453, el sultán inició una amplia reforma del sistema monetario con el fin de estabilizar económicamente el Imperio otomano y convertir su nueva capital en un centro comercial entre Europa y Asia. En este contexto, el Altun se acuñó como una moneda de oro de alta calidad, que rápidamente se consolidó como una de las monedas comerciales más importantes del mundo islámico.
El Altun no solo se extendió por el corazón del Imperio otomano, sino que también se utilizó ampliamente en otras partes del mundo islámico. En Egipto y el norte de África, la moneda se conoció como Aschrafi o Sultani, reflejando las diferentes tradiciones monetarias locales y las influencias lingüísticas. A pesar de los diferentes nombres, siempre se trataba de monedas de oro comparables, de gran pureza, que representaban la soberanía y la fuerza económica otomana. La introducción del altún formaba parte de una estrategia deliberada para promover el comercio con las regiones vecinas y hacer que la moneda otomana fuera competitiva con los sistemas monetarios europeos y árabes.
En el contexto numismático, el altún es un ejemplo destacado de la acuñación otomana del siglo XV. Se caracteriza por una delicada caligrafía, que a menudo lleva el nombre del gobernante, fórmulas religiosas y el año de acuñación según el calendario islámico. El altún se fabricaba con un alto nivel de calidad y durante mucho tiempo se consideró una medida de valor fiable para las transacciones internacionales, especialmente en la región mediterránea y a lo largo de la Ruta de la Seda. Su estabilidad, su material precioso y su sofisticada artesanía lo convierten, aún hoy, en un objeto muy codiciado por coleccionistas, historiadores y numismáticos.
Sin embargo, la importancia del altún va más allá de su valor monetario puro: es un símbolo del auge económico y político del Imperio otomano a finales de la Edad Media. La introducción deliberada de una moneda de oro fuerte tras la conquista de Constantinopla sirvió no solo para consolidar la economía, sino también para demostrar el poder internacional. En una época en la que las monedas no eran solo un medio de pago, sino también un símbolo de poder y religión, el Altun se erige como un ejemplo definitorio de la política monetaria otomana y su dimensión cultural.

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