Noble
El Noble es una de las monedas de oro inglesas más importantes de la Edad Media y ocupa un lugar destacado en los círculos numismáticos. Introducido por primera vez bajo el reinado del rey Eduardo III alrededor de 1344, el Noble marca un paso importante en la historia de la acuñación inglesa, especialmente en lo que respecta al comercio internacional y la estabilización del sistema financiero real. El nombre «Noble» deriva del latín «nobilis», que significa «noble» o «distinguido», un título muy apropiado para una moneda que impresionaba no solo por su peso y finura, sino también por su sofisticado diseño artístico.
La moneda de oro pesaba aproximadamente 7,8 gramos y estaba hecha de oro casi puro con una finura de alrededor de 23 quilates. El valor nominal original era de 6 chelines y 8 peniques, lo que equivalía a un tercio de una libra esterlina. El anverso del noble solía mostrar al rey inglés con armadura

de pie sobre un barco, una representación que simbolizaba tanto la fuerza marítima de Inglaterra como la autoridad real. El reverso estaba diseñado con un escudo cruzado o una cruz floral, lo que enfatizaba la conexión con los motivos cristianos y la legitimidad política.
El noble ganó rápidamente una gran aceptación en el comercio internacional, sobre todo por su contenido estable en oro y su cuidadosa acuñación. El noble desempeñó un papel fundamental en las relaciones comerciales con los Países Bajos, las ciudades hanseáticas y Flandes en particular. La moneda se convirtió incluso en modelo para otras monedas acuñadas en el continente europeo, como el écu d’or francés y el florín holandés. Esto ilustra la gran importancia económica y política que adquirió el noble más allá de las fronteras de Inglaterra.
Con el tiempo, el noble fue modificado en varias ocasiones. Bajo el reinado de Eduardo IV se introdujo el llamado «ángel», una moneda sucesora que descendía directamente del noble. Sin embargo, el noble original siguió siendo un medio de pago muy codiciado y un símbolo de la estabilidad y el poder de Inglaterra hasta finales del periodo Tudor. Para los numismáticos, el noble es ahora una pieza de colección muy codiciada, no solo por su valor histórico, sino también por su diseño artístico y su alto contenido en oro.
En el contexto numismático, el noble es, por tanto, un ejemplo paradigmático del apogeo de la acuñación inglesa en la Edad Media. Encarna una época de expansión económica, expresión política y sofisticación técnica en la acuñación. Tanto coleccionistas como historiadores valoran el noble como testimonio de la historia monetaria británica y como obra de arte en miniatura.